¿Recuerdas la ilusión que te hizo estrenar tu nueva cocina? ¿Y cómo manipulabas con gran cuidado ollas y sartenes para evitar dañar la encimera? ¿Y cómo pasabas un trapo a la mínima mancha que se formaba?
Desde el mes de noviembre y hasta enero’25 estamos publicando unos posts en los que te brindamos una serie de consejos y recomendaciones para mantener tu cocina como aquellos primeros días. Hemos hablado del mantenimiento de las puertas de armarios y cajones, así como de las vitrina y cristales presente en tu cocina, y ahora en diciembre abordamos el cuidado y limpieza de las encimeras, verdadero corazón de la cocina.
La encimera es el corazón de la cocina
La encimera tiene un protagonismo singular en toda cocina, no solo por el espacio que ocupa sino porque es donde ocurren la mayoría de preparaciones y donde se colocan más utensilios y recipientes. Las hay de diversos materiales y acabados, por lo que los cuidados de la encimera deben adaptarse a los mismos. Cada tipo de material requiere una forma de cuidado específico para asegurar su durabilidad, limpieza y aspecto impecable.
Por ejemplo, no son lo mismo las superficies lisas que las rugosas; éstas últimas pueden acumular algo más de polvo y restos de alimentos en las hendiduras. También es conveniente evitar que los líquidos que se puedan derramar permanezcan mucho tiempo en la encimera para evitar manchas permanentes.
Como norma general, todos los tipos de encimera admiten limpieza diaria con un paño suave o esponja no abrasiva con agua y jabón neutro.
Encimeras de piedra natural
La piedra natural, como la cuarcita, es un material de alta durabilidad y resistencia, pero requiere ciertos cuidados específicos para conservar su brillo y evitar manchas o daños. Existen diferentes acabados (pulido, envejecido, mate) que varían en cuanto al brillo y textura del acabado. Por ejemplo, el granito pulido, el más común en cocinas, es liso y refleja la luz, pero requiere mayor cuidado para evitar manchas. En cambio, el envejecido tiene una textura suave y rugosa, con una apariencia desgastada, pero es muy resistente a los arañazos y a las manchas.
Para la limpieza diaria:
- utiliza agua tibia y jabón neutro, aplicando una pequeña cantidad sobre un paño suave o una esponja no abrasiva.
- No uses productos ácidos, como vinagre o limón, ya que pueden dañar el sellado del granito, ni tampoco uses lejía ni limpiadores con amoníaco.
- Después de limpiar, seca con un paño suave para evitar las marcas de agua.
- Cada cierto tiempo puedes hacer una limpieza más profunda con una mezcla de 3 partes de agua y 1 de alcohol isopropílico. Deja reposar unos minutos y luego enjuaga con agua tibia.
Cada 1 o 2 años es recomendable aplicar un sellador específico para que la piedra mantenga su impermeabilidad y brillo. Para comprobar si el sellado está bien, puedes poner una gota de agua sobre la encimera; si el agua se absorbe rápidamente, es hora de sellar nuevamente.
También es aconsejable evitar colocar ollas o sartenes muy calientes sobre la superficie para no dañar el sellado. Puedes usar bases o protectores. Para cortar puedes usar tablas de corte para minimizar las rayaduras.
Hoy en día la piedra natural ofrece un nivel de practicidad casi imbatible por otros materiales. Destacan marcas como Sensa de Cosentino, que incorporan tratamientos antimanchas integrados en la estructura molecular de sus encimeras, que facilita su mantenimiento y hace innecesario el sellado periódico. O bien Levantina, con sus piedras originales o sinterizadas, que resisten el calor y el fuego y tienen un tratamiento bacteriostático y antimanchas.
Encimeras de cuarzo
Las encimeras de cuarzo, como las de Silestone, son populares en las cocinas modernas gracias a su resistencia, durabilidad y variedad de estilos. Se instala con acabado pulido, el más habitual, con un brillo intenso que resalta el color y el diseño del material; mate, con un aspecto más natural, ideal para un diseño de cocina más sobrio o minimalista; y texturizado, que incorpora texturas o acabados que imitan piedras naturales. Este acabado puede ser algo más complicado de limpiar, ya que la textura tiende a atrapar partículas de polvo o grasa.
Los cuidados de limpieza diaria son los mismos que en los casos anteriores, así como las recomendaciones respecto al calor de los recipientes, que pueden causar decoloración o grietas.
En el caso de manchas más difíciles (alimentos o productos grasos), usa una mezcla de agua con un poco de detergente suave y frota suavemente con un paño húmedo. Para manchas persistentes, un limpiador especializado para cuarzo puede ser útil, pero pruébalo siempre antes en un área pequeña.
Encimeras de madera
Las bellas encimeras de madera añaden calidez y un toque natural a cualquier cocina. Sin embargo, al ser un material orgánico, requieren cuidados específicos para conservar su belleza y durabilidad.
Estas encimeras pueden ser de madera maciza, hechas de piezas sólidas de madera como el roble, el nogal o la haya. Son muy duraderas, pero también más susceptibles a los cambios de humedad y temperatura. Las hay de madera laminada, formadas por una base de madera o contrachapado con una capa superior de madera maciza o chapa de madera. Son más económicas que la madera maciza y su cuidado es el mismo que para las anteriores. Finalmente, la madera tratada con aceites naturales o barnices las hace más resistentes a la humedad y las manchas.
La limpieza diaria consiste en:
- Aplicar un paño suave húmedo, no empapado, con una mezcla de agua y jabón neutro, secando bien al terminar.
- Evitar productos de limpieza fuertes como el amoníaco, cloro o productos químicos agresivos.
La madera natural es un material especialmente poroso, y por ello es conveniente aplicar aceite o cera regularmente cada 3-6 meses. Esto ayuda a proteger la madera contra la humedad, manchas y marcas. Si la encimera presenta rayones o manchas profundas, puedes lijar suavemente la superficie y aplicar una nueva capa de aceite o cera. Esto devolverá a la madera su apariencia original.
De nuevo, no es aconsejable colocar ollas o sartenes calientes directamente sobre la madera puede quemar o dañar la superficie, y es importante evitar el contacto prolongado con agua o líquidos. No digamos la posibilidad de rayarla si cortas directamente sobre la encimera. Protege la superficie utilizando siempre una tabla de cortar.
Encimeras de acero inoxidable
Las encimeras de acero inoxidable son ideales por su resistencia, higiene y aspecto elegante. Las puedes encontrar de acero inoxidable pulido, el acabado más común. Es brillante, reflectante y fácil de limpiar, pero puede mostrar huellas y marcas de agua. El acabado mate o satinado brilla menos y proporciona una apariencia más sobria. Es más resistente a las huellas y las marcas. Y las de acero texturizado o antihuella minimizan las marcas de dedos y los arañazos; es un acabado ideal para cocinas de alto uso.
El mantenimiento diario es muy simple: usa un paño suave con agua y jabón neutro (¡nada de esponjas de metal o estropajos duros!), limpiando en la dirección de las vetas del acero para evitar marcas y arañazos, y seca con un paño suave para evitar marcas de agua y dejarla brillante. Lo que hay que evitar son los productos con cloro, lejía, amoníaco o abrasivos que pueden provocar corrosión en el acero inoxidable.
En las encimeras de este material conviene no dejar mucho tiempo objetos mojados sobre la superficie para evitar marcas. De nuevo, el cuidado de la encimera de acero inoxidable incluye no cortar directamente encima.
Encimeras laminadas
Las encimeras laminadas son una opción práctica, económica y versátil para la cocina. Son fáciles de mantener y están disponibles en una amplia variedad de estilos, colores y acabados que imitan materiales como madera, granito o mármol.
Los acabados más habituales son:
- Laminado de alta presión (HPL): Es el más común y resistente. Ofrece buena durabilidad y resistencia al desgaste, la humedad y los impactos. Está disponible en muchos estilos y texturas que imitan piedra, madera y otros materiales.
- Laminado de baja presión (LPL): menos resistente que el anterior, pero más económico. Es adecuado para para cocinas con menor uso.
- Laminado texturizado: imitan la textura de la piedra, la madera o el mármol. Son atractivos estéticamente, pero requieren más cuidado para evitar que se acumulen polvo o grasa en las texturas.
Su limpieza habitual no difiere demasiado de las anteriores encimeras. A los cuidados descritos añadiríamos el no usar limpiadores abrasivos, esponjas de metal ni productos con partículas, ya que pueden rayar y dañar el laminado. Importante es no usar ceras ni pulidores que puedan crear una capa pegajosa que atrae más polvo y suciedad.
De nuevo, no se deben colocar encima ollas o sartenes calientes que pudieran deformar o dañar el laminado.
Siguiendo estos consejos, mantendrás tu encimera, sea cual sea su material y acabado, en perfecto estado, conservando su belleza y funcionalidad como el primer día. Y si tienes cualquier duda o necesitas información adicional, nos tienes a tu disposición, ¡contacta con nosotros cuando quieras!